Encuentro en la Huerta
jueves, 11 de mayo de 2017
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Completando el ciclo
sábado, 22 de octubre de 2016
Carta del Movimiento Los sin Techo
El Dr. Guillermo Kerz como Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud recibió una carta del "Movimiento Los sin Techo" que entre otros conceptos expresa:
El Movimiento Los sin Techo evalúa como muy positiva la marcha del convenio con la Universidad Católica de Santa Fe ya que el mismo permite emprender acciones en el campo de la nutrición tanto educativas como evaluativas, además de otras de apoyo a las madres que se encuentran trabajando en los servicios de alimentación infantil ya sea en jardines maternales como en servicios de Copa de Leche y en los centros de salud materno infantil.
El Movimiento Los sin Techo evalúa como muy positiva la marcha del convenio con la Universidad Católica de Santa Fe ya que el mismo permite emprender acciones en el campo de la nutrición tanto educativas como evaluativas, además de otras de apoyo a las madres que se encuentran trabajando en los servicios de alimentación infantil ya sea en jardines maternales como en servicios de Copa de Leche y en los centros de salud materno infantil.
martes, 18 de octubre de 2016
De sociedades opulentas, cuerpos gordos y una delgada capa de ozono
Coordinadora de la Carrera de Nutrición de la UCSF
lunes, 10 de octubre de 2016
Epacio e Idenidad
“Sentimiento de sí mismo”
Son el producto de concepciones científicas atravesadas por
la racionalidad y la lógica binaria propias de la modernidad que se sintetizan
en la idea de progreso y atentan contra la diversidad cultural y la
subordinación de la naturaleza a la tecnología y al mercado.
Al construir un “hábitat” propio no natural, el hombre se
aparta de la naturaleza, que no es ajena a la actividad del hombre quien la
modifica en su relación a lo largo de la historia.
En este caso, además, esa relación se deteriora por el
impacto de la explotación no sostenible que el hombre efectúa sobre su entorno
natural.
En su Encíclica “Laudato Si” el Papa Francisco expresa “El
antropocentrismo moderno, paradójicamente, ha terminado colocando la razón
técnica sobre la realidad, porque este ser humano «ni siente la naturaleza como
norma válida, ni menos aún como refugio viviente. La ve sin hacer hipótesis,
prácticamente, como lugar y objeto de una tarea en la que se encierra todo,
siéndole indiferente lo que con ello suceda”.
En este marco los asentamientos urbanos producen un debilitamiento
de los lazos sociales atentando contra el sentido de comunidad. Como
consecuencia se percibe fácilmente la explicación del descenso del capital
social y la falta de integración que traen como consecuencia problemas de
anomia, inexistencia de normas sociales y pérdida de identidad.
Como dice el Prof. Carlos Galano, “sin espacio no hay
enraizamiento y sin enraizamiento no hay identidad” y en ese sentido Leonardo
Boff sostiene que el ser humano es “ser de enraizamiento” y tal como los
árboles esas raíces nos sujetan. De alguna manera las costumbres, el idioma, la
familia nos limitan el capital de inteligencia, la afectividad y hasta la
capacidad de amor.
Sin embargo, también somos, según el mencionado pensador, “seres
de apertura” habilitados para romper barreras y superar las adversidades como por
ejemplo perder su identidad.
Por otra parte, según la Según la Academia de Lenguas Maya
de Guatemala la identidad es el “sentimiento de sí mismo” que le permite a la
persona darse cuenta y conocer quién es. La identidad se forma en el ser humano
en los primeros días y lo moldea y consolida en el medio socio histórico
cultural.
El ser humano interactúa en sociedad por su capacidad de
imaginar como los otros humanos con los cuales convive imaginan la realidad y
por lo tanto puede adecuar su comportamiento.
Por esta capacidad es que en cada pequeña comunidad cada
integrante maneja un mapa social elaborado y actualizado de su circunstancia
social inmediata que le permite interactuar.
Está comprobado que la mayor interacción de pobladores de
espacios urbanos con ambientes naturales puede inducir el desarrollo de valores
compartidos como por ejemplo el enraizamiento en sus comunidades de referencia.
El sentido de
comunidad potencia entre sus integrantes el sentido de pertenencia y facilita
la formación de organizaciones locales que los defiendan y los movilicen
políticamente.
Se presenta ante la emergencia el requisito de pensar en una
nueva ética que promueva la gestión de los bienes para el bien común donde
coexistan los derechos colectivos e individuales, que sostenga a la
territorialidad como una construcción social promovida por las comunidades y
que recupere los sueños y los lugares para el desarrollo de identidades
múltiples.
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