sábado, 22 de octubre de 2016
Carta del Movimiento Los sin Techo
El Dr. Guillermo Kerz como Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud recibió una carta del "Movimiento Los sin Techo" que entre otros conceptos expresa:
El Movimiento Los sin Techo evalúa como muy positiva la marcha del convenio con la Universidad Católica de Santa Fe ya que el mismo permite emprender acciones en el campo de la nutrición tanto educativas como evaluativas, además de otras de apoyo a las madres que se encuentran trabajando en los servicios de alimentación infantil ya sea en jardines maternales como en servicios de Copa de Leche y en los centros de salud materno infantil.
El Movimiento Los sin Techo evalúa como muy positiva la marcha del convenio con la Universidad Católica de Santa Fe ya que el mismo permite emprender acciones en el campo de la nutrición tanto educativas como evaluativas, además de otras de apoyo a las madres que se encuentran trabajando en los servicios de alimentación infantil ya sea en jardines maternales como en servicios de Copa de Leche y en los centros de salud materno infantil.
martes, 18 de octubre de 2016
De sociedades opulentas, cuerpos gordos y una delgada capa de ozono
Coordinadora de la Carrera de Nutrición de la UCSF
lunes, 10 de octubre de 2016
Epacio e Idenidad
“Sentimiento de sí mismo”
Son el producto de concepciones científicas atravesadas por
la racionalidad y la lógica binaria propias de la modernidad que se sintetizan
en la idea de progreso y atentan contra la diversidad cultural y la
subordinación de la naturaleza a la tecnología y al mercado.
Al construir un “hábitat” propio no natural, el hombre se
aparta de la naturaleza, que no es ajena a la actividad del hombre quien la
modifica en su relación a lo largo de la historia.
En este caso, además, esa relación se deteriora por el
impacto de la explotación no sostenible que el hombre efectúa sobre su entorno
natural.
En su Encíclica “Laudato Si” el Papa Francisco expresa “El
antropocentrismo moderno, paradójicamente, ha terminado colocando la razón
técnica sobre la realidad, porque este ser humano «ni siente la naturaleza como
norma válida, ni menos aún como refugio viviente. La ve sin hacer hipótesis,
prácticamente, como lugar y objeto de una tarea en la que se encierra todo,
siéndole indiferente lo que con ello suceda”.
En este marco los asentamientos urbanos producen un debilitamiento
de los lazos sociales atentando contra el sentido de comunidad. Como
consecuencia se percibe fácilmente la explicación del descenso del capital
social y la falta de integración que traen como consecuencia problemas de
anomia, inexistencia de normas sociales y pérdida de identidad.
Como dice el Prof. Carlos Galano, “sin espacio no hay
enraizamiento y sin enraizamiento no hay identidad” y en ese sentido Leonardo
Boff sostiene que el ser humano es “ser de enraizamiento” y tal como los
árboles esas raíces nos sujetan. De alguna manera las costumbres, el idioma, la
familia nos limitan el capital de inteligencia, la afectividad y hasta la
capacidad de amor.
Sin embargo, también somos, según el mencionado pensador, “seres
de apertura” habilitados para romper barreras y superar las adversidades como por
ejemplo perder su identidad.
Por otra parte, según la Según la Academia de Lenguas Maya
de Guatemala la identidad es el “sentimiento de sí mismo” que le permite a la
persona darse cuenta y conocer quién es. La identidad se forma en el ser humano
en los primeros días y lo moldea y consolida en el medio socio histórico
cultural.
El ser humano interactúa en sociedad por su capacidad de
imaginar como los otros humanos con los cuales convive imaginan la realidad y
por lo tanto puede adecuar su comportamiento.
Por esta capacidad es que en cada pequeña comunidad cada
integrante maneja un mapa social elaborado y actualizado de su circunstancia
social inmediata que le permite interactuar.
Está comprobado que la mayor interacción de pobladores de
espacios urbanos con ambientes naturales puede inducir el desarrollo de valores
compartidos como por ejemplo el enraizamiento en sus comunidades de referencia.
El sentido de
comunidad potencia entre sus integrantes el sentido de pertenencia y facilita
la formación de organizaciones locales que los defiendan y los movilicen
políticamente.
Se presenta ante la emergencia el requisito de pensar en una
nueva ética que promueva la gestión de los bienes para el bien común donde
coexistan los derechos colectivos e individuales, que sostenga a la
territorialidad como una construcción social promovida por las comunidades y
que recupere los sueños y los lugares para el desarrollo de identidades
múltiples.
jueves, 6 de octubre de 2016
Consumo de proximidad. Del campo a la mesa
Entrevista a la Lic. Celeste Nessier en el marco del encuentro inter-espacios organizado por la Carrera de Nutrición de la UCSF.
miércoles, 5 de octubre de 2016
Articulación de Entramados en la Huerta
Interesantes testimonios de dos integrantes del Movimiento Los Sin Techo sobre su presencia en el encuentro de articulación inter-espacios organizado por la Facultad de Cs. de la Salud y su Carrera de Nutrición en la Huerta de la UCSF
martes, 4 de octubre de 2016
Soberanía alimentaria, Universidad y Comunicación
Breve pensamiento sobre estas dimensiones entramadas
Es importante considerar que se entiende por el concepto “Soberanía”.
Es importante considerar que se entiende por el concepto “Soberanía”.
Si
partimos de la idea de comparar el
término con el de autoridad, soberano es aquel que tiene autoridad sobre el
resto.
A su
vez sabemos que los pueblos se
involucran para construir autoridad y que a la vez se someten a esa autoridad que crearon.
Entre otras cualidades, la soberanía es intransferible, por lo tanto lo que pueden
hacer los pueblos es delegar esa autoridad en los gobernantes para que la ejerzan. También es
imprescriptible por lo tanto, el pueblo no pierde su soberanía con el paso del
tiempo aunque no la ejerza directamente.
Estos conceptos se extienden a la Soberanía
Alimentaria, desde que se constituye como el derecho de los pueblos a definir su política agraria y alimentaria, el
derecho de sus productores a producir alimentos y el derecho de los consumidores a decidir
que consumen y quienes producen lo que consumen.
Es aquí donde la orientación de la docencia y
la investigación universitaria van a cumplir la ineludible labor de priorizar
en términos de bienestar, la distribución de recursos y de derechos sociales. Desde
la extensión debe alentar la formación de una ciudadanía crítica y reflexiva
que reaccione de manera constructiva frente a los desafíos de nuestro tiempo.
El
concepto de Soberanía Alimentaria es transversal y permite observar y analizar numerosas
dimensiones de la realidad social y política para comprender la importancia de
garantizar el derecho a la alimentación mediante una agricultura sostenible que preserve el
medio ambiente.
En
este sentido cobra fuerza la recuperación y puesta en valor de modos de
producción ancestrales, patrones de consumo saludables y dinamicen circuitos económicos solidarios
para reestablecer cuestiones identitarias y culturales de nuestra población.
En
éstas últimas cuestiones, la identidad y la cultura se configura la comunicación, que protagonizada
por colectivos situados en un lugar y un tiempo determinados, establece
relaciones entre el hábitat y el hábitus.
Al
decir de BOURDIEU (1993), la comunicación “configura los modos del ser social y
del estar con otros”, por lo tanto es la relación determinante de las culturas
tanto hacia el interior de las subjetividades como hacia las identidades
grupales, o hasta las regionales, nacionales o globales.
La
huerta de la Universidad Católica es un territorio construido desde los nuevos
sentidos emergentes que implicaron transformaciones sociales en las formas de
habitar.
Es
un territorio donde la Soberanía, la Universidad y la Comunicación dialogan y
repiensan los nuevos mapas sociales, políticos y culturales.
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