miércoles, 2 de noviembre de 2016

Completando el ciclo

De la huerta a la mesa

La lechuga y la remolacha cosechada ayer por las alumnas de Nutrición va a ser utilizada por la cocina de la cantina de la UCSF en la preparación de sus platos.


Lista para cosechar

De la huerta a la cantina de la UCSF


sábado, 22 de octubre de 2016


Carta del Movimiento Los sin Techo

El Dr. Guillermo Kerz como Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud recibió una carta del "Movimiento Los sin Techo" que entre otros conceptos expresa: 

El Movimiento Los sin Techo evalúa como muy positiva la marcha del convenio con la Universidad Católica de Santa Fe ya que el mismo permite emprender acciones en el campo de la nutrición tanto educativas como evaluativas, además de otras de apoyo a las madres que se encuentran trabajando en los servicios de alimentación infantil ya sea en jardines maternales como en servicios de Copa de Leche y en los centros de salud materno infantil.


lunes, 10 de octubre de 2016

Epacio e Idenidad

“Sentimiento de sí mismo”

 Los actuales espacios urbanos son fruto de la racionalidad científica que pone de manifiesto el dilema establecido entre la inteligencia colectiva alcanzada por el avance tecnológico, y la sumisión de la ciencia al interés político y económico que atentan contra la supervivencia.
Son el producto de concepciones científicas atravesadas por la racionalidad y la lógica binaria propias de la modernidad que se sintetizan en la idea de progreso y atentan contra la diversidad cultural y la subordinación de la naturaleza a la tecnología y al mercado.

Al construir un “hábitat” propio no natural, el hombre se aparta de la naturaleza, que no es ajena a la actividad del hombre quien la modifica en su relación a lo largo de la historia.
En este caso, además, esa relación se deteriora por el impacto de la explotación no sostenible que el hombre efectúa sobre su entorno natural.
En su Encíclica “Laudato Si” el Papa Francisco expresa “El antropocentrismo moderno, paradójicamente, ha terminado colocando la razón técnica sobre la realidad, porque este ser humano «ni siente la naturaleza como norma válida, ni menos aún como refugio viviente. La ve sin hacer hipótesis, prácticamente, como lugar y objeto de una tarea en la que se encierra todo, siéndole indiferente lo que con ello suceda”.
En este marco los asentamientos urbanos producen un debilitamiento de los lazos sociales atentando contra el sentido de comunidad. Como consecuencia se percibe fácilmente la explicación del descenso del capital social y la falta de integración que traen como consecuencia problemas de anomia, inexistencia de normas sociales y pérdida de identidad.
Como dice el Prof. Carlos Galano, “sin espacio no hay enraizamiento y sin enraizamiento no hay identidad” y en ese sentido Leonardo Boff sostiene que el ser humano es “ser de enraizamiento” y tal como los árboles esas raíces nos sujetan. De alguna manera las costumbres, el idioma, la familia nos limitan el capital de inteligencia, la afectividad y hasta la capacidad de amor.
Sin embargo, también somos, según el mencionado pensador, “seres de apertura” habilitados para romper barreras y superar las adversidades como por ejemplo perder su identidad.
Por otra parte, según la Según la Academia de Lenguas Maya de Guatemala la identidad es el “sentimiento de sí mismo” que le permite a la persona darse cuenta y conocer quién es. La identidad se forma en el ser humano en los primeros días y lo moldea y consolida en el medio socio histórico cultural.
El ser humano interactúa en sociedad por su capacidad de imaginar como los otros humanos con los cuales convive imaginan la realidad y por lo tanto puede adecuar su comportamiento.
Por esta capacidad es que en cada pequeña comunidad cada integrante maneja un mapa social elaborado y actualizado de su circunstancia social inmediata que le permite interactuar.
Está comprobado que la mayor interacción de pobladores de espacios urbanos con ambientes naturales puede inducir el desarrollo de valores compartidos como por ejemplo el enraizamiento en sus comunidades de referencia.
 El sentido de comunidad potencia entre sus integrantes el sentido de pertenencia y facilita la formación de organizaciones locales que los defiendan y los movilicen políticamente.
Se presenta ante la emergencia el requisito de pensar en una nueva ética que promueva la gestión de los bienes para el bien común donde coexistan los derechos colectivos e individuales, que sostenga a la territorialidad como una construcción social promovida por las comunidades y que recupere los sueños y los lugares para el desarrollo de identidades múltiples.