martes, 4 de octubre de 2016

Soberanía alimentaria, Universidad y Comunicación

Breve pensamiento sobre estas dimensiones entramadas
Es importante considerar que se entiende por el concepto “Soberanía”.
Si partimos de la idea de  comparar el término con el de autoridad, soberano es aquel que tiene autoridad sobre el resto.
A su vez  sabemos que los pueblos se involucran para construir autoridad y que a la vez se someten a esa autoridad que crearon.
Entre otras cualidades, la soberanía es  intransferible, por lo tanto lo que pueden hacer los pueblos es delegar esa autoridad en los gobernantes  para que la ejerzan. También es imprescriptible por lo tanto, el pueblo no pierde su soberanía con el paso del tiempo aunque no la ejerza directamente.
 Estos conceptos se extienden a la Soberanía Alimentaria, desde que se constituye como el derecho de los pueblos a  definir su política agraria y alimentaria, el derecho de sus productores a producir alimentos y el derecho de los consumidores a decidir que consumen y quienes producen lo que consumen.
Es aquí donde la orientación de la docencia y la investigación universitaria van a cumplir la ineludible labor de priorizar en términos de bienestar, la distribución de recursos y de derechos sociales. Desde la extensión debe alentar la formación de una ciudadanía crítica y reflexiva que reaccione de manera constructiva frente a los desafíos de nuestro tiempo.

El concepto de Soberanía Alimentaria es transversal  y permite observar y analizar numerosas dimensiones de la realidad social y política para comprender la importancia de garantizar el derecho a la alimentación mediante  una agricultura sostenible que preserve el medio ambiente.
En este sentido cobra fuerza la recuperación y puesta en valor de modos de producción ancestrales, patrones de consumo saludables  y dinamicen circuitos económicos solidarios para reestablecer cuestiones identitarias y culturales de nuestra población.
En éstas últimas cuestiones, la identidad y la cultura  se configura la comunicación, que protagonizada por colectivos situados en un lugar y un tiempo determinados, establece relaciones entre el hábitat y el hábitus.

Al decir de BOURDIEU (1993), la comunicación “configura los modos del ser social y del estar con otros”, por lo tanto es la relación determinante de las culturas tanto hacia el interior de las subjetividades como hacia las identidades grupales, o hasta las regionales, nacionales o globales.
La huerta de la Universidad Católica es un territorio construido desde los nuevos sentidos emergentes que implicaron transformaciones sociales en las formas de habitar.
Es un territorio donde la Soberanía, la Universidad y la Comunicación dialogan y repiensan los nuevos mapas sociales, políticos y culturales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario